https://doi.org/10.37527/2023.73.S1
1Universidad Autónoma de Nuevo León, Facultad de Salud Pública y Nutrición, Monterrey, Mexico, 2Universidad Autónoma de Nuevo León, Facultad de Psicología, Monterrey, México.
Introducción: Las mujeres privadas de la libertad (MPL) es un grupo vulnerable en relación con la alimentación y una consecuencia de una incorrecta alimentación es la malnutrición. Asimismo, la prevalencia de trastornos mentales se incrementa y causa efectos nocivos en la salud. Sin embargo, los estilos de vida saludables traen beneficios como disminución de riesgo de enfermar o morir prematuramente. Se han demostrado los efectos de una correcta alimentación en el estado nutricional e incluso en la conducta y comportamiento de las MPL. También se ha descrito que la malnutrición puede atribuirse a los hábitos poco saludables, ingesta insuficiente de nutrientes o a problemas de salud mental y éstos últimos presentan alta prevalencia en el sistema de justicia penal, específicamente en MPL. Objetivo: Analizar el estado de alimentación y nutrición, salud mental y estilos de vida en MPL en un Centro Penitenciario en México. Métodos: Diseño transversal en MPL en un Centro Penitenciario en el Noreste de México. (N= 80) en 2021. Previo consentimiento informado, se aplicó una entrevista: Se incluyeron variables sociodemográficas, de situación jurídica, alimentación, salud mental y estilos de vida. Se tomaron medidas antropométricas y se determinó el Índice de Alimentación Saludable (IAS). Se aplicó de forma auto administrada la Escala de Malestar Psicológico Kessler (K-10) y el Perfil de Estilos de Vida Promotor de Salud II (PEPS-II). Se calcularon frecuencias y porcentajes, promedios, desviación estándar y Chi cuadrado. Resultados: Promedio de edad 33.1±9.3 años, solteras 47.5%, en proceso jurídico 56.3%, tiempo de internamiento 34.4 ±38.5 meses. De acuerdo con el IAS, 73.7% necesita cambios en su alimentación. El 43.7% y 26.3% , tenía sobrepeso y obesidad. respectivamente. 31.3% presentó niveles de malestar psicológico alto y muy alto. 56.3% tenía un nivel de estilo de vida promotor de salud bueno de acuerdo con el PEPS-II. No se encontró una asociación entre las variables de estudio. Conclusiones: La alimentación requiere cambios. Existe necesidad de promover activación física y atender la salud mental. Es importante implementar acciones para mejorar estilos de vida en MPL.
Palabras clave: alimentación y nutrición, salud mental, estilos de vida, mujeres privadas de la libertad.