De acuerdo a investigaciones recientes, el consumo de lácteos, además de presentar un alto valor nutritivo, se asocia a un menor peso corporal, atribuyéndole importantes beneficios para la salud. El objetivo del estudio es asociar el consumo de lácteos con la composición corporal, en hombres físicamente activos. Estudio transversal analítico, se evaluaron a 375 hombres, se aplicó encuesta de hábitos alimentarios y antropometría. De los voluntarios evaluados, la edad promedio fue de 23,8 ± 6,9 todos con escolaridad secundaria completa. Con respecto al consumo de lácteos el 35,5 % consumía al menos de 1 vez al día, 28 % 1 porción al día, 9,3% 2 porciones al día y 2,9 % 3 porciones/día. Los que consumen ≥2 porción de lácteos al día presentaban menor IMC, peso y grasa corporal, que aquellos que consumen < de 2 porciones de lácteos. Se presentan correlaciones negativas entre una mayor frecuencia de consumo de lácteos con grasa corporal, % grasa corporal y relación cintura cadera. Al asociar el consumo de ≥ 2 porciones se observó una asociación negativa con % grasa corporal. Finalmente, los sujetos que consumen ≥2 porciones/día de lácteos presentan significativamente menor IMC, peso y % grasa corporal, al realizar las asociaciones con el consumo de ≥ 2 porciones de lácteos solo se mantiene el % de grasa corporal. Arch Latinoam Nutr 2020; 70(2): 95-100.
Palabras clave: Composición corporal, porcentaje grasa corporal, lácteos, obesidad.
According to recent research, the consumption of dairy, in addition to presenting a high nutritional value, is associated with lower body weight, attributing important health benefits. The objety of the study is to associate dairy consumption with body composition in physically active men. Analytical cross-sectional study, 375 men were evaluated, in which a survey of eating habits and anthropometry was applied. Of the volunteers evaluated, the mean age was 23.8 ± 6.9 years and all had completed secondary education. Regarding dairy consumption, 35.5 % consumed at least 1 time a day, 28 % 1 portion a day, 9.3 % 2 portions a day and 2.9 % 3 portions / day. Those who consumed ≥2 servings of dairy products per day had lower BMI, weight and body fat than those who consumed <2 servings of dairy. There are negative correlations between a higher frequency of dairy consumption with body fat (k), body fat % and waist-to-hip ratio. When associating the consumption of ≥ 2 servings, a negative association with body fat% was observed. Finally, the subjects who consume ≥2 servings / day of dairy products have significantly lower BMI, weight and body fat%, when making the associations with the consumption of ≥ 2 servings of dairy only the % body fat is maintained. Arch Latinoam Nutr 2020; 70(2): 95-100.
Key words: Body composition, body fat percentage, dairy, obesity.
https://doi.org/10.37527/2020.70.2.002
Autor para la correspondencia: Samuel Durán Agüero, email: [email protected]
Los lácteos, que, corresponden a la leche y sus derivados (quesos frescos o maduros y yogurt), han sido por siglos un alimento importante de la dieta del ser humano (1).
El consumo per cápita de leche en Chile ha crecido a 146 litros por persona según datos entregados por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), valores muy por debajo de lo recomendado por la FAO (180 litros por persona) (2). Según la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (ENCA) 2010, el 98 % de la población Chilena consume algún tipo de lácteos, principalmente de medio contenido graso (71 %), registrándose una media de consumo de 330 ml/día siendo mayor en hombres que en mujeres (3).
La importancia del consumo de lácteos radica en su elevado valor nutritivo, esto por su gran aporte proteico, de aminoácidos esenciales, y por ser el mayor aportador de calcio biodisponible de la dieta, además de vitaminas liposolubles (4). El calcio, es almacenado principalmente en el hueso (99%), forma parte del compuesto Hidroxiapatita, que cumple funciones fisiológicas importantes, manteniendo un rol esencial en la regulación de la conductividad eléctrica de las células y en la coagulación sanguínea. Por otra parte, las funciones de las proteínas incluyen: función defensiva, función reguladora, enzimática, estructural y de transporte (5).
Sin embargo, el consumo de lácteos se ha convertido en un tema controversial, ya que diferentes investigadores lo han asociado a riesgo de algunos tipos de cáncer, por el alto contenido de grasas saturadas que posee el alimento, asociaciones que se han descartado posteriormente (6,7). Por otra parte, también se ha encontrado una asociación entre su consumo y menor grasa y peso corporal (8).
El objetivo del presente estudio es asociar el consumo de lácteos con la composición corporal en hombres físicamente activos.
Estudio transversal, analítico. Se incluyó a todos los voluntarios sanos, hombres físicamente activos, que se encontraban presentes al momento de realizar las evaluaciones, cumpliendo con la firma de un consentimiento informado, excluyendo a quienes no asistieron o presentaron licencia médica, ellos fueron evaluados entre enero y marzo del 2018. El estudio fue desarrollado siguiendo lo expuesto en la Declaración de Helsinki, respecto al trabajo con seres humanos y aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud de la Universidad San Sebastián.
Procedimientos: Encuesta de hábitos alimentarios: El instrumento utilizado para la recolección de datos, correspondió a una encuesta denominada “Encuesta sobre hábitos alimentarios” creada por Durán et al. (9). La encuesta tiene por objetivo medir los hábitos alimentarios de los sujetos, y específicamente en el presente estudio se investigó el consumo de lácteos.
A cada voluntario se le aplicó una evaluación antropométrica, primero se midió la estatura con un estadiómetro (Seca modelo 220, Alemania; precisión 0,1 cm), el peso corporal fue evaluado con balanza digital y con mínimo de ropa (Scale-tronix, USA; precisión 0,1 kg), la composición corporal se determinó durante la mañana en ayunas con el bioimpedanciómetro segmental de multifrecuencia D1000-3 (Rice Lake©), que analiza la composición corporal por segmentos, el cual tiene una capacidad: 440 Lb x 0,2 Lb (200 kg x 0,1 kg) y un rango de medición de impedancia de 150-900 Ω. Se establecieron los puntos de corte para grasa corporal (GC) para hombres de: normopeso: 12-20%; límite: 21-25%; y obesidad >25% de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO 2000) (10).
Se calculó el IMC para categorizar el estado nutricional, de acuerdo al criterio de la OMS, como: bajo peso <18,5 kg/m2; normal 18,5 a 24,9 kg/m2; sobrepeso 25 a 29,9 kg/m2; y obesidad en sus diferentes grados IMC ≥ a 30 kg/m2.
El nivel de significación utilizado fue de α<0,05 en todos los casos. Los datos fueron procesados en una plantilla EXCEL, para evaluar la normalidad de los datos se utilizó la prueba de Kolmogorov-Smirnov, y para comparar 2 grupos con variables continuas se utilizó la prueba de T de Student, también se determinó la asociación entre la ingesta de lácteos y la composición corporal, utilizando modelos de regresión lineal. El programa estadístico utilizado fue SPSS 22.0®.
Los voluntarios que contestaron la encuesta corresponden a 375, la edad promedio era de 23,8 ± 6,9 años, estatura 170,7 ± 6,0 cm, e IMC de 26,7 ± 3,3 kg/m2, el 100% de los participantes presentaba educación secundaria completa y todos vivían en Santiago de Chile. De ellos, el 24,3 % no consume lácteos, 35,5 % lo hace menos de 1 vez al día, 28 % 1 porción al día, 9,3 % 2 porciones al día y 2,9 % 3 porciones/día (Figura 1).
Al comparar según frecuencia de consumo, los que consumen ≥1 porción de lácteos al día, tienen una tendencia a presentar menor grasa corporal y menor peso que aquellos que consumen < de 1 porción de lácteos (Tabla 1).
En la Tabla 2 se observan correlaciones negativas entre frecuencia de consumo de lácteos con GC, % GC relación cintura/cadera.
En la Figura 2 se observa que los sujetos que consumen ≥2 porciones/día de lácteos presentan significativamente menos % grasa corporal que los que consumen menos de esa cantidad.
En la Tabla 3 se observa una asociación inversa entre la ingesta de ≥ 2 porciones de lácteos y % grasa corporal, sin embargo, cuando es ≥ 1 porciones esta asociación queda en el límite de la significancia, los otros valores de composición corporal no mostraron asociaciones significativas en ambos análisis.
El principal hallazgo de este estudio, indica que los sujetos que consumen más lácteos presentan menor grasa corporal, resultado que es concordante con otros estudios realizados en distintos grupos etarios (11,12). Por otra parte, se observa una tendencia de menor peso corporal en quienes presentan una mayor frecuencia en la ingesta de lácteos. Recientes investigaciones han mostrado una asociación entre mayor ingesta de lácteos y menor riesgo de obesidad (13, 14).
Sin embargo, algunos meta-análisis, indican que, sin restricción calórica de base, el incremento de la ingesta de lácteos, no produce un beneficio mayor en la reducción de peso y/o grasa corporal, aunque los datos siguen siendo controvertidos (15, 16). Es interesante, que además de presentar menor composición de GC y % GC, el consumo se correlacione con una menor relación cintura-cadera. Un estudio en adolescentes, mostró que después de los ajustes para los factores de confusión, dos o más porciones de lácteos por día fueron un predictor negativo de obesidad abdominal, pero solo en los varones (17). Por otro lado, un estudio determinó que si bien el consumo regular de lácteos puede ejercer un rol positivo en la composición corporal, no fue favorable para los lípidos en sangre, cuando se consumen lácteos con alto contenido graso y de azúcares (18).
Los posibles mecanismos que podrían explicar la asociación entre consumo de lácteos y menor grasa corporal son: a) El componente proteico de los productos lácteos es un candidato para un papel importante en sus efectos sobre el peso corporal y la pérdida de masa grasa, posiblemente relacionado con los mayores efectos térmicos de la proteína (18). El metanálisis de Dougkas et al (19), apoya adicionalmente un papel para la proteína, mostrando beneficios modestos de dietas ricas en proteínas, de diferentes fuentes, en relación con las dietas de bajo valor energético para reducir el peso corporal y la masa grasa (19). Posiblemente la proteína de suero de leche, puede afectar el peso corporal a través de la regulación de la ingesta de alimentos y el apetito (19). De hecho, Gilbert et al (20) demostraron que la suplementación con leche, indujo un menor aumento en el deseo de comer y el hambre, lo que sugiere una atenuación del aumento del apetito relacionado con la pérdida de peso (20); b) alto contenido de calcio de los lácteos, puede haber contribuido al peso y a los efectos reductores de la masa grasa. En relación con los grupos de intervención de alimentos lácteos Dougkas et al. (19) mostraron que un aumento en la ingesta de calcio de 400 a 1200 mg / día se asoció con una reducción en el índice de masa corporal (IMC) de 25,6 a 24,7 kg/m2. El mecanismo más citado para el efecto del calcio sobre la pérdida de peso, involucra la influencia que el calcio ingerido tiene en el calcio intracelular y posteriormente en el metabolismo lipídico de los adipocitos al reducir la lipogénesis de novo y aumentar la oxidación de las grasas. Sin embargo, los estudios en humanos no han podido respaldar esta hipótesis (19). Otro posible mecanismo más plausible, puede ser que el alto contenido de calcio lácteo, aumenta la excreción de grasa fecal, como lo ha mostrado un metanálisis de Chirstensen et al.(21) Donde indicó que el consumo de calcio lácteo de 1241 mg aumentó la excreción de grasa fecal en ≈5,2 g/día en comparación con la baja ingesta de calcio lácteo (<700 mg/día). Los autores estimaron que este nivel de excreción de grasa se traduciría en 1,9 kg de grasa corporal o 2,2 kg de pérdida de peso corporal durante un año (21). Como lo notaron Dougkas et al. (19), otros investigadores han sugerido que el impacto del calcio sobre la absorción de grasas puede ser dependiente de proteínas, lo que sugiere que el impacto del calcio en los lácteos puede ser mayor que el calcio suplementario (19).
Cabe destacar que las nuevas investigaciones sobre lácteos, además de demostrar una asociación entre su consumo, peso y composición corporal; indican que se han encontrado efectos beneficiosos en la prevención de Diabetes Mellitus, presión arterial y enfermedades cardiovasculares (22-26).
Dentro de las fortalezas del estudio, se destaca la aplicación de una encuesta validada y la utilización de variables de composición corporal, además del peso. Sin embargo, se menciona como debilidad, que aunque se estudia la ingesta de lácteos, no se diferencia entre bajos, altos en grasa, con o sin lactosa o con o sin azúcar agregada. Al ser un estudio transversal, solo se puede hablar de asociaciones, pero no de causalidad.
Los lácteos son un alimento muy nutritivo, que aportan proteínas de alto valor biológico y tiene una disponibilidad de calcio que permite cubrir los requerimientos de este mineral.
A pesar de lo anterior, hoy en día el consumo de lácteos es controversial. Muchos estudios indican que su consumo podrían presentar beneficios para la salud cardiovascular y muy especialmente para la composición corporal, así lo confirman nuestros resultados, los sujetos que consumen ≥ 2 porción de lácteos al día, presentan un mejor porcentaje de grasa corporal y una menor relación cintura-cadera, en comparación con los que consumen menos de esa cantidad o no consumen lácteos.
Cabe destacar la importancia de futuros estudios clínicos sobre el efecto del consumo de lácteos en la salud, así como, establecer la diferencia entre los diferentes tipos de lácteos.
Los autores declaramos estar libre de conflicto de intereses.
A las autoridades que permitieron la realización del estudio.
Recibido: 12/05/2020
Aceptado: 17/08/2020