1 Escuela de Nutrición, Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica.
La inclusión de personas con discapacidad en el medio laboral es vital para favorecer su desarrollo personal, independencia y participación en la comunidad; pero para participar en los procesos de selección deben superar las pruebas de selectividad e idoneidad, sin embargo, la escasa formación y preparación con que cuentan limita sus posibilidades. La industria de la hospitalidad representa una buena oportunidad laboral, sin embargo, en Costa Rica a los manipuladores de alimentos se les pide como requisito contar con el carné de manipulador de alimentos y para obtenerlo se debe haber cumplido con el curso de Higiene y Manipulación de los Alimentos; no obstante, la metodología y evaluaciones de este curso, son desarrollados para personas que no presentan la condición de discapacidad intelectual. Si bien es cierto el Estado y la educación deben garantizar a las personas con discapacidad las oportunidades para capacitarse, es necesario tener presente que ellos requieren de ambientes de aprendizajes sin barreras, donde las adecuaciones curriculares, metodológicas y de recursos didácticos son fundamentales. Con este modelo se esperaba ofrecer una metodología de capacitación en higiene y manipulación de alimentos que se adecuara a las características de aprendizaje de las personas con discapacidad intelectual y que permitiera a esta población aumentar su autoestima y adquirir mayores habilidades para el desempeño autónomo e independiente. Como resultado de la implementación del modelo, en el año 2014 se graduaron siete estudiantes con discapacidad intelectual, quienes obtuvieron su certificado del curso de Manipulación de Alimentos avalado por el Instituto Nacional de Aprendizaje, ente acreditador en este tema. Cabe mencionar que para aprobar el curso los estudiantes debían obtener una nota superior a 8.0, a partir de las diferentes actividades y evaluaciones realizadas.