1 Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología. Centro de Nutrición e Higiene de los Alimentos, La Habana, Cuba; 2 Hospital Pediátrico de Santa Clara, Cuba; 3 Hospital Clínico Quirúrgico Calixto García, Cuba.
Objetivos: Evaluar la efectividad del Programa de eliminación sostenible de deficiencia de yodo mediante determinación de yoduria y prevalencia de bocio. Metodología: Estudio transversal. Diseño complejo por conglomerados bietápico en tres estratos: urbano, rural y montaña. Realizado en 36 municipios, en 878 escolares de 6 a 11 años, de 47 escuelas primarias. Resultados: El programa de yodación de la sal se mantiene de forma sostenida a niveles de 15-25 ppm. La mediana de excreción urinaria fue de 176.3 μg/L, solo el 2,2 % de las muestras estaban por debajo de 50 μg/L y el 15,3 % por encima de 300 μg/L. Se encontró asociación entre la yoduria y el estrato geográfico (OR=2.60305, LI 2.52866 - LS 2.67963) (p<0.00). La edad fue considerada como un factor protector (OR=0.68171, LI 0.67539 - LS 0.68808). Cuba clasificó como país con endemia moderada de bocio con una tasa de 27,3 %. La mayor prevalencia se encontró en el estrato de montaña (OR=1.729891, LI 1.698191 - LS 1.762182), (p<0.001). Conclusiones: Cuba mantiene la condición de país con eliminación sostenible siendo la voluntad política del Estado un elemento clave para su éxito. Los niveles de yodurias se corresponden con el consumo de sal yodada, lo cual se refleja en el impacto positivo del estado nutricional de yodo en la población, sin ninguna otra intervención. Sin embargo, el bocio continúa siendo un problema nutricional poblacional, lo que guarda relación con la condición de la deficiencia de yodo como fenómeno natural permanente.