1 Facultad de Ciencias Naturales. Universidad Autónoma de Querétano, Querétano, México.
Introducción: Pensar en la alimentación del mexcano lleva a una riqueza y diversidad de alimentos que se caracteriza por la presencia del sabor picante y representa una de las costumbres arraigadas en nuestro país. No obstante, a lo largo de los años, el arraigo por ciertos alimentos y su significado se ha ido perdiendo, dando lugar a patrones que responden más a modas o gustos por ciertos sabores, de diferente origen culinario. Algunos expertos “comentan que en México no existe una cultura nutricional adecuada (de forma consciente o no) manifestándose en problemas que van desde la desnutrición severa hasta la obesidad”. Objetivo: Evaluar que tanto los patrones de alimentación de un grupo de 217 jóvenes preuniversitarios coincidía con el patrón alimentario cultural que concibían como propio del mexicano. Metodología: El método consistió en indagar sobre los alimentos y bebidas que pensaran que eran consumidas cotidianamente por los mexicanos (mediante redes semánticas jerarquizadas), tras lo cual se pidió que realizaran la misma actividad con respecto a lo que ellos consumían. Posteriormente mediante una discusión abierta se indagaron las causas del patrón. Resultados: El comportamiento alimentario que los jóvenes manifiestan responde más a sus necesidades inmediatas y cotidianas, la practicidad para preparar los alimentos, los ingresos, el tipo de actividad, los horarios de estudio y de una manera muy importante la forma de vida (integrada al núcleo familiar o independiente de éste) . Aunque reconocen los patrones característicos de su cultura difícilmente coinciden con su tipo de alimentación, de lo cual se hicieron conscientes hasta que se enfrentaron a esta comparación, dando lugar a la Disonancia Cognitiva. Conclusiones: Es importante considerar los principios que condicionan la forma de vida para integrar recomendaciones y modificar malos hábitos alimentarios, reconciliando los aspectos culturales.