Emory University, Atlanta, Georgia, Estados Unidos de América
Introducción: La presentación se basa en un trabajo colaborativo entre entidades gubernamentales de Costa Rica y el Departamento de Salud Global de la Universidad de Emory (1), el cual fue financiado por la Iniciativa de Micronutrientes de Canadá. Una evaluación del impacto potencial del programa de fortificación de Guatemala encontró que los más afectados por deficiencias nutricionales (es decir, los más pobres, los residentes en áreas rurales y los indígenas) consumieron pocas cantidades de productos elaborados con harina de trigo fortificada con hierro y ácido fólico, a tal punto que no se esperaría un impacto nutricional en estos grupos más necesitados (2). Esta inequidad se debe a que la base de la dieta tradicional de la población guatemalteca es el maíz y no el trigo, el cual se consume más en la población urbana y en zonas “ladinas” (no-indígenas). En Costa Rica pudimos evaluar el impacto de la fortificación de alimentos sobre la prevalencia de anemia y estado férrico en mujeres de 15-49 años y en niños menores de 7 años. Costa Rica mejoró substancialmente el programa alrededor del año 2000. El hierro reducido, de baja biodisponibilidad, fue reemplazado por fumarato ferroso en la harina de trigo; también, el bisglicinato ferroso fue agregado a la harina de maíz y a la leche líquida y en polvo. En nuestro estudio, aprovechamos la disponibilidad de encuestas nacionales y encuestas en sitios centinelas llevadas a cabo antes (1996) y después (2008/09) de que estos cambios ocurrieran para evaluar el impacto en anemia. Encontramos impactos nutricionales de gran magnitud en Costa Rica. Por ejemplo, a nivel nacional, la anemia disminuyó de 19,3 a 4,0% en niños y de 18,4 a 10,2% en mujeres.Datos de consumo de alimentos en niños establecieron que el programa de fortificación aportó alrededor del 50% de los requerimientos de hierro, lo cual es congruente con el impacto notable encontrado en anemia y estado férrico. A diferencia de Guatemala, el programa de fortificación de alimentos de Costa Rica fue equitativo en su impacto. La prevalencia de anemia disminuyó a lo ancho y largo del país tanto en mujeres como en niños; los cambios fueron similares en el área metropolitana de San José y en zonas urbanas y rurales. En niños el impacto sobre anemia y el estado férrico fue igual en ambos sexos y en niños de 1-3 y mayores de 3-7 años. El objetivo de esta presentación es identificar las razones por las cuales el programa de fortificación de Costa Rica tuvo un impacto equitativo. Desarrollo: El programa de fortificación de alimentos de Costa Rica no se limitó a fortificar únicamente la harina de trigo como ha sido el caso en algunos países. Al contrario, se fortificó una canasta de alimentos considerando los patrones de consumo de los grupos con mayor riesgo de anemia. Los niños preescolares consumen pocas cantidades de harinas fortificadas y por eso también se fortificó la leche, alimento distribuido gratuitamente. Como en las zonas rurales la logística dificulta el uso de la leche líquida, se decidió distribuir leche en polvo, fortificada de manera similar con bisglicinato ferroso, un compuesto de excelente biodisponibilidad. Debido a su mayor consumo en las zonas rurales empobrecidas, se fortificó también la harina de maíz con bisglicinato ferroso; sin embargo, la contribución a la ingesta de hierro de esta fuente fue muy baja, aun en zonas rurales. Un alimento idóneo para la población costarricense es el arroz porque es un alimento muy común en la dieta de todos los grupos de población. Actualmente este se fortifica con varios nutrientes pero no con hierro. La azúcar y la sal también se fortifican pero no con hierro. Conclusiones: El caso de Costa Rica muestra que se pueden lograr beneficios equitativos en los programas de fortificación de alimentos si se fortifican aquellos alimentos que son consumidos en cantidades suficientes por la población con mayor riesgo de deficiencias nutricionales. Es posible que en algunos países la equidad se pueda lograr por medio del consumo de solo un alimento, por ejemplo, la fortificación de la harina de trigo en el medio oriente. En otros casos, alcanzar la equidad en impacto requerirá que se fortifique una canasta de alimentos, como en Costa Rica. Referencias: 1. Martorell R, Ascencio M, Tacsan L, Alfaro T, Young MF, Addo OY, Dary O, Flores-Ayala R. Effectiveness evaluation of the food fortification program of Costa Rica: impact on anema prevalence and hemoglobin concentrations in women and children. Am J Clin Nutr 2015;101(1):210-7. 2. Imhoff- Kunsch B, Flores R, Dary O, Martorell R. Wheat flour fortification is unlikely to benefit the neediest in Guatemala. J Nutr 2007; 137(4):1017-22.