Universidad de Granada. Granada, España.
Introducción: El tejido adiposo pardo o marrón (Brown Adipose Tissue, BAT) es el principal responsable de la termogénesis en respuesta al frío y a la ingesta de alimentos. Los adipocitos pardos desempeñan una función primordial en la generación de calor y se caracterizan por tener numerosas mitocondrias que oxidan ácidos grasos y glucosa y expresan de forma única la proteína desacoplante de la fosforilación oxidativa 1 (uncoupling protein 1, UCP-1). Estas células provienen de una célula madre pluripotente, común a otros tipos celulares como miocitos, células óseas y adipocitos blancos, pero la acción de factores de crecimiento específicos las diferencia de forma específica. Clásicamente se ha descrito que el hombre no tenía apenas BAT, al contrario que los animales, y que sólo los recién nacidos tenían cierta cantidad que desaparecía muy rápidamente con el desarrollo ontogenético. Sin embargo en 2007 se descubrió, al tratar de identificar falsos positivos de cáncer de cabeza y cuello que eran inyectados con fluorodesoxiglucosa radiactiva, que estaba presente en los adultos de forma habitual en las zonas paravertebrales, supraclaviculares e intercostales. A partir de entonces se ha sucedido una investigación muy activa sobre las posibles funciones del BAT, especialmente en la posible prevención de la obesidad. Todos los jóvenes parecen tener una cantidad importante de BAT. Sin embargo, entre estos sujetos el rango de captación de glucosa es muy amplio (cerca de dos órdenes de magnitud), lo cual pudiera deberse a aspectos genéticos que explicarían la mayor o menor susceptibilidad a la obesidad en los humanos. Por otra parte, los obesos tienen menor cantidad de BAT funcional y este disminuye con la progresión de la edad La exposición del BAT al frío en los humanos induce la activación del BAT y existen evidencias que existe una mayor cantidad en el invierno. La activación del BAT, en cualquier caso, ocurre por la acción de la noradrenalina o de otros agentes que interaccionan con los receptores β-adrenérgicos y estos provocan una cascada de señales que terminan con el aumento de la expresión de UCP-1 y la mitocondriogénesis. Las investigaciones actuales se dirigen a evaluar nuevos agentes activadores o reclutadores del BAT y cómo ello puede influir en la prevención del sobrepeso y la obesidad. Desarrollo: Hallazgos recientes indican que existen células progenitoras de BAT y, posiblemente adipocitos pardos diferenciados, de forma aislada o en pequeños agregados, repartidos de forma difusa tanto en el tejido adiposo blanco (White Adipose Tissue, WAT) como en el tejido muscular esquelético. De hecho, el ejercicio parece mediar la inducción del BAT a través de la acción de miokinas y otros factores producidos por el músculo esquelético, tales como irisina, un producto soluble generado a partir del gen FNDC5, y del ácido β-aminoisobutírico (BAIBA), los cuales actúan promoviendo la activación del factor de transcripción denominado coactivador 1 del receptor activado por proliferadores de los peroxisomas (PGC-1), el cual, a su vez, promueve la expresión de la UCP-1 y, por tanto, el aumento de la termogénesis. Además, existen nuevas evidencias de que los adipocitos maduros del WAT pueden convertirse en unos adipocitos parecidos a los de la grasa parda denominados adipocitos beige o brillantes (BRITE) en el sentido de que expresan UCP-1 aunque comparten con el WAT la función de reserva de grasa. El BAT está principalmente regulado por el sistema nervioso simpático (SNS), pero hallazgos recientes indican que la irisina, el BAIBA, así como la interlequina-6 y el factor de crecimiento 21 derivado de los fibroblastos y los péptidos natriuréticos cardiacos, puede influenciar el metabolismo del BAT. En la actualidad se están examinando varias estrategias para activar BAT y reclutar BRITE sin efectos colaterales. Nuestro grupo ha postulado recientemente que el ejercicio puede contribuir de forma importante a la activación del BAT y al reclutamiento de tejido adiposo beige a través de sus acciones en el SNS, el corazón y el músculo esquelético. Para contrastar esta hipótesis se necesitan tanto estudios epidemiológicos como de intervención aleatorizados y bien controlados que estudien qué tipo de ejercicio y duración son los más apropiados. Conclusiones: Existe un consenso general sobre la presencia de BAT en los humanos y sus potenciales efectos sobre el metabolismo energético y la regulación de la homeostasis de la glucosa y de los lípidos corporales. Se están examinando nuevos agentes tanto en modelos animales como en humanos capaces de aumentar la respuesta termogénica. Sugerimos que el ejercicio puede activar y reclutar BAT a través de la mayor actividad del SNS, del corazón y del músculo esquelético, aunque son necesarios estudios controlados para determinar los efectos sobre el BAT del tipo de ejercicio, la intensidad y la duración. Referencias. Cannon B, Nedergaard J: Brown adipose tissue: Function and physiological significance. Physiological reviews 2004; 84:277-359. Gil A, Olza J, Gil-Campos M, Gomez-Llorente C, Aguilera CM. Is adipose tissue metabolically different at different sites? Int J Pediatr Obesity 2011; 6(S1): 13-20 Roberts LD, Bostrom P, O’Sullivan JF, et al. 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