Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina
Introducción. Según su investigación etnográfica de los problemas alimentarios contemporáneos del pueblo mapuche, Carrasco Henríquez recoge, desde la perspectiva del conocimiento y pensamiento mapuche, conceptos que definen al hecho alimentario y a las condiciones en que este se lleva a cabo, conceptos donde se fusionan dimensiones biológicas, espirituales y sociales. Basados en un sistema socioeconómico y cultural de recolección, caza, pesca y agricultura ancestral, utilizaron su hábitat equilibradamente a través del tiempo que es marco hermenéutico para su cosmovisión, en sentido colectivo e individual. Por su parte, actualmente la FAO sostiene, que los suelos sanos son la base para la producción de alimentos sanos. En esta línea, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina (INTA) fomenta y desarrolla medidas para abordar innovación en sectores agrícola, ganadero, agroalimentario y agroindustrial, para contri- 30 SIMPOSIOS buir a la competitividad de las cadenas agroindustriales, la salud medioambiental y la sostenibilidad. Cuando decimos biodiversidad, hablamos de diversidad biológica como cantidad de plantas, animales, ecosistemas que existen y que son esenciales para la vida pero también hablamos de la diversidad cultural asociada que ha hecho posible que esa naturaleza haya mejorado, sea conservada y que requiere contemplarse hoy. Objetivo. Reflexionar acerca de la alimentación y nutrición ancestral mapuche a fin de considerarla como desarrollo sostenible para el estado nutricional de este pueblo. Desarrollo. Argentina reproduce la constante Latinoamericana como país pluriétnico.Según INDEC, del total de 955.032 personas que se reconocen pertenecientes o descendientes de pueblos originarios, el 21,5% se declara perteneciente o descendiente del pueblo mapuche, lo que representa un total de 205.009 personas. Habitan en regiones de lo que actualmente corresponden a Chile y Argentina. En este, se organizan en comunidades o lof, particularmente en la región patagónica pero también en conglomerados urbanos, principalmente en las provincias de Buenos Aires y Córdoba. La cultura de este pueblo se basa en su cosmovisión, que se fundamenta en la relación entre las personas (Ce) con la naturaleza y cada uno de los elementos que conforman la biodiversidad (ixofijmogen). El sistema alimentario se caracteriza por estar organizado con criterios orgánicos, emocionales, simbólicos y sociales en el cual se prioriza la predisposición emocional de la persona y las condiciones en que se produce al acto alimentario. Para el procesamiento de alimentos utilizan restos de combustión de la madera como energía calórica, para cocinar y calefaccionar y las cenizas como método de alcalinización del trigo; obtienen de la tierra (mapu) lo indispensable para vivir, contribuyendo a un ecosistema sostenible. El pueblo mapuche debido a su origen precapitalista en el manejo de recursos naturales, representa otra modalidad mediante la cual la especie humana ha logrado reproducir sus condiciones materiales. Incluyen dentro de sus lógicas, los principios sostenidos por la moderna teoría ecológica como cultivo de varias especies, control de malezas, de insectos y enfermedades sin químicos, fertilización orgánica, rotación de cultivos, integración agropecuaria forestal, uso de recursos y energía locales. Concuerda a la vez con el lema de FAO 2015: suelos sanos para una vida sana y con Naciones Unidas, año internacional del suelo. Desde nuestra experiencia, hemos observado que en aquellos rurales, la ingesta de verduras y frutas, la permanencia de saberes culinarios y prácticas ancestrales así como el desarrollo de actividad física, tanto en adultos como en niños, es mayor que en los urbanos, donde se expresa el silenciamiento. Sin embargo, las prácticas alimentarias se han adaptado al hoy, han incorporado alimentos ajenos a su cultura, han modificado la secuencia de procesos unitarios en preparaciones pero permanecen las representaciones alimentarias, coherentes a su cosmovisión y en la memoria alimentos nutritivos como el piñón (ngulliu), fruto pequeño de las araucarias (pehuenes). Es destacable el valor otorgado a la comensalidad, como acto solidario, comunitario y respetuoso a la mapu que da sustento. Conclusiones. El pueblo mapuche ha logrado mantener de manera heterogénea su cultura y la tradición culinaria mediante la memoria, práctica y recuperación de saberes ancestrales, modificados por la transición alimentaria-nutricional y mestizaje con el conquistador, logrando así demostrar su resiliencia e intentan, una vez más, escapar a una nueva colonización, la barbarie de la globalización. Sus prácticas ancestrales contribuyen a un desarrollo integral sostenible que merecen contemplarse. Referencias. 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