Universidad Iberoamericana, México D.F., México
Desde hace un par de décadas, la lactancia materna (LM) se ha ubicado en la agenda internacional desde una perspectiva de salud pública. Acceder al valor nutrimental de la leche materna, así como las ventajas que aporta tanto a la salud de las madres la como de sus hijos, son garantías que ya son promovidas desde las agendas de derechos a la salud a nivel internacional. La OMS y la UNESCO han sido piezas claves en la promoción de dichos derechos. De igual forma, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se ha sumado al impulso de los derechos a la LM. La OIT ha reconocido la importancia social de vincular los derechos a la salud con los laborales. Consideran que si bien el acceso a la información o la licencia de maternidad han sido condiciones necesarias para apoyar el proceso de maternidad, han resultado insuficientes para incrementar las tasas de LM. Si bien, las cantidades o el valor nutrimental de la leche materna no se afectan cuando las mujeres regresan al trabajo, la falta de espacios adecuados o de descansos para amamantar si han reducido la disposición de las madres de continuar su periodo de LM. La OIT ha encontrado que cuando las mujeres lactantes obtienen apoyo de sus empleadores, son más productivas, la tasa de regreso después de dar a luz es mayor y son muy leales a sus fuentes de trabajo. A pesar de lo anterior, los Estados han sido ineficaces para traducir estos derechos en políticas públicas que garanticen las condiciones institucionales y sociales para desarrollar una LM exitosa.