Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP), Guatemala, Guatemala
Introducción: La leche materna (LM) parece tener un efecto protector sobre la obesidad en los infantes. La plausibilidad biológica de este efecto positivo aún permanece incierta, algunas de los posibles mecanismos planteados hacen referencia a los efectos directos de la LM (contenido proteico y hormonas, comportamiento alimentario, entre otros) pero el tipo particular de tejido de crecimiento de los niños que han recibido LM podría también explicar su efecto protector. Evidencia reciente sugiere que los infantes que reciben LM tienen mayor masa grasa (MG) en los primeros 3m comparados con los que son alimentados con fórmula; sin embargo, a los 12m la MG es mayor en los alimentados con fórmula. Hasta ahora, la mayoría de la evidencia que enlaza las prácticas de lactancia con el riesgo de enfermedades crónicas se han estudiado solamente en países desarrollados y utilizando medidas indirectas para medir la lactancia y composición corporal.( 1,2). Objetivo: Determinar los efectos de la ingesta de LM a los 3m sobre la composición corporal del infante a los 3 y 11m y el cambio en composición corporal en este periodo de tiempo. Desarrollo: Se siguieron a 36 pares madre-infante guatemaltecos por 8m, los infantes fueron niños sanos, con adecuado peso al nacer, sin enfermedades y adecuado estado nutricional (P-T, T-E y P-E) a los 3m. Durante el seguimiento se perdieron a 5 pares madre-infante, por lo que se presentan los análisis para 31 pares. Se midió la ingesta de leche materna y de otros líquidos diferentes a la leche materna (mL/d) de los infantes a los 3m y se evaluó la composición corporal (MG y MLG) de los infantes a los 3 y 11m. Tanto la ingesta de leche materna como la composición corporal (modelo de dos compartimentos) fueron medidas por el método de dilución de deuterio. Los infantes fueron clasificados como alimentados con leche materna exclusiva (LME) y no alimentado con leche materna exclusiva (N-LME) (se colapsaron a los infantes con alimentación predominante y parcial de LM) en base al reporte de la madre. Se realizaron pruebas t para determinar diferencias en las características de los infantes a los 3 y 11m y se evaluó el papel predictor del volumen de LM sobre la MG y MLG por medio de un modelo de regresión lineal ajustado por sexo e IMC-edad. A los 3m los infantes que fueron alimentados con LME tuvieron mayor MG en comparación con los N-LME [(27.4% (5.1) vs 24.3% (2.8); diferencia de medias +3.1% p<0.001]. A los 11m no se encontraron diferencias significativas en MG entre los infantes que fueron alimentados con LME y los N-LME a los 3m, [(25.6% (6.3) vs 25.4 (6.4); diferencia de medias +0.2% p<0.96]. En el periodo de 3 a 11m, los infantes alimentados con LME experimentaron una mayor pérdida de MG en comparación con los N-LME (-1.8% vs +1.1%). La ingesta promedio de LM en el grupo de infantes alimentados con LME fue de 785.7 (733.4- 837.9) ml/día mientras que para los infantes N-LME fue de 621.2 (523.8-718.6) ml/día (p=0.006), y la ingesta de líquidos diferentes a la LM fue de 39.2 (17.5-60.9) ml/día en los LME y 256.8 (171.6-341.9) ml/día (p<0.001). No se encontró asociación entre la ingesta de leche a los 3m y MG y MLG a los 3 y 11m (p>0.5). Conclusiones: Aún se desconoce porque en los primeros meses de edad los infantes alimentados con LME tienen mayor MG que los infantes alimentados N-LME pero se ha sugerido que obedece a mecanismos evolutivos que apoyan al infante a prepararse al periodo de destete.(3). Bajo esta hipótesis podría decirse que los infantes alimentados con fórmula no siguen la trayectoria natural de la adiposidad. Es probable que no se hayan observado diferencias en la MG a los 11m entre los infantes alimentados con LME y los N-LME debido a que la ingesta en los N-LME es alta (incluye a infantes alimentados predominantemente con LM). La observación de que existe una mayor pérdida de MG y una ganancia de MLG a los 11m sugiere que la LM tiene un papel protector de obesidad y otras enfermedades crónicas al favorecer cambios positivos en la composición corporal de los infantes, es posible que este cambio se deba a la composición única y las respuestas metabólicas y fisiológicas a la leche humana más que por la cantidad consumida. Referencias: 1. Gale C, et. al. Effect of breastfeeding compared with formula feeding on infant body composition: a systematic review and meta-analysis. Am J Clin Nutr 2012; 95(3):656-669. 2.Gianni ML, et al. Body composition changes in the first 6 months of life according to method of feeding. J Hum Lact 2014; 30(2):148-155. 3. Kuzawa CW. Adipose tissue in human infancy and childhood: an evolutionary perspective. Am J Phys Anthropol 1998; Suppl 27:177-209.