1 Emory University, Atlanta, Estados Unidos de América; 2 Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. 3 Food Fortification Initiative.
Introducción: La fortificación de harina de trigo con nutrientes es obligatoria en varios países, incluyendo la mayoría en América Latina. En 1996, Colombia implementó la fortificación obligatoria de harina de trigo. La fortificación con las vitaminas B1, B2, B3, B9 y hierro es obligatoria; la fortificación con calcio es opcional. La Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (ENSIN) del 2005 recolectó información de niñas y niños y mujeres en edad fértil sobre antropometría, biomarcadores nutricionales e ingesta de alimentos (recordatorio de dieta de 24 horas). Hasta la fecha, no se ha evaluado el impacto del programa de fortificación de harina de trigo del país. En esta investigación se pretendió medir el impacto en Colombia del programa de fortificación de harina de trigo en la ingesta nutricional y en la reducción de deficiencias nutricionales, medidas a través del estado de hierro y anemia, utilizando los datos de la ENSIN 2005. Objetivos: Los objetivos de los análisis fueron explorar las relaciones entre la ingesta de micronutrientes, el estatus de hierro, y el estatus de anemia con el consumo de alimentos que contienen harina de trigo (ACHT). Originalmente, se quiso evaluar estas relaciones con el consumo de harina de trigo fortificada; sin embargo, no había información de la cantidad precisa de harina que compone cada ACHT. Por eso, el consumo de ACHT se utilizó como una aproximación de la ingesta de harina de trigo. Todo alimento reportado en el recordatorio fue organizado según grupos de alimentos y luego clasificado como “ACHT” o “alimento que no contiene harina de trigo.” Se incluyeron en los análisis a niñas y niños de 2-12 años (n=9659) y mujeres no-embarazadas de 13-49 años (n=2053) quienes contaban con un recordatorio de dieta de 24 horas y hemoglobina o ferritina sérica y proteína C-reactiva (PCR). Desarrollo: El primero objetivo fue determinar si los ACHT contribuían en una proporción importante a la ingesta de micronutrientes de los individuos, en comparación con su ingesta en toda la dieta. El primer recordatorio de 24 horas de las personas y la composición de micronutrientes de los alimentos (según la tabla de composición colombiana) se utilizaron para calcular la ingesta de micronutrientes (B1, B2, B3, B9 y hierro) consumida de ACHT en el día anterior. En promedio, niñas y niños y mujeres no embarazadas consumieron de ACHT 1.6 mg y 1.6 mg B1, 1.1 mg y 1.0 mg B2, 13.0 mg y 12.8 mg B3, 305 mcg y 300 mcg B9, y 11.8 mg y 11.6 mg hierro, respectivamente. De alimentos que no contenían harina de trigo, niñas y niños y mujeres no embarazadas consumieron en promedio 0.0 mg y 0.0 mg B1, 0.003 mg y 0.03 mg B2, 0.03 mg y 0.04 mg B3, 0.56 mcg y 0.53 mcg B9, y 0.03 mg y 0.02 mg hierro, respectivamente. Los ACHT contribuyeron una proporción significativamente mayor a 0 (p<0.0001) para todos los nutrientes estudiados en niñas y niños y mujeres no embarazadas. Además, los ACHT aportaron significativamente más nutrientes (B1, B2, B3, B9 y hierro) en comparación con alimentos que no contenían harina de trigo, tanto en niñas y niños y mujeres no embarazadas (p< 0.0001). Conclusiones: En esta primera evaluación del programa de fortificación de harina de trigo en Colombia, los datos sugieren que los alimentos que contienen harina de trigo están contribuyendo de una manera importante a la ingesta de las vitaminas B1, B2, B3, B9 y hierro en niñas y niños de 2-12 años y mujeres no embarazadas de 13-49 años. Se completarán los análisis investigando la relación entre el consumo de alimentos que contienen harina de trigo y la prevalencia de deficiencia de hierro y anemia. En estos análisis, se controlará estadísticamente por edad, género, ubicación geográfica e indicadores socioeconómicos para identificar su influencia sobre la relación entre el consumo de alimentos que contienen harina de trigo y la prevalencia de deficiencia de hierro y anemia.