Emory University, Atlanta, Estados Unidos de América
Introducción y objetivos: La presentación se basa en un trabajo colaborativo entre entidades gubernamentales de Costa Rica y el Departamento de Salud Global de la Universidad de Emory (Martorell R, Ascencio M, Tacsan L, Alfaro T, Young MF, Addo OY, Dary O, Flores-Ayala R, 2015), el cual fue financiado por la Micronutrient Initiative de Canadá. Los programas de fortificación de alimentos son muy comunes en el mundo pero hay pocas evaluaciones de impacto. Lo ideal es hacer encuestas previas al inicio del programa y después de haberlo implementado. Esto requiere una estrecha coordinación entre implementadores y evaluadores y recursos. Otra posibilidad en algunos países es el uso de información existente, tales como encuestas nacionales de nutrición y datos de control de calidad de los programas, para evaluar impacto. En Costa Rica pudimos utilizar datos existentes para evaluar el impacto de la fortificación de alimentos sobre la prevalencia de anemia y estado férrico en mujeres de 15-49 años y en niños menores de 7 años. Costa Rica mejoró substancialmente el programa alrededor del año 2000. El hierro reducido, de baja biodisponibilidad, fue re-emplazado por fumarato ferroso en la harina de trigo; también, el bisglicinato ferroso fue agregado a la harina de maíz y a la leche líquida y en polvo. En nuestro estudio, aprovechamos la disponibilidad de encuestas nacionales y encuestas de sitios centinelas antes (1996) y después (2008/09) de que estos cambios ocurrieran para evaluar impacto en anemia. Desarrollo:Se encontraron cambios importantes. Por ejemplo, a nivel nacional, la anemia disminuyó de 19.3 a 4.0% en niños y de 18.4 a 10.2 en mujeres. Algunas fortalezas de la evaluación fueron que se pudo establecer una cadena plausible de impacto del programa. Por ejemplo, datos del sistema de control de calidad mostraron que los alimentos fueron fortificados acorde a la legislación. Datos de consumo de alimentos en niños establecieron que el programa de fortificación aportó alrededor del 50% de los requerimientos de hierro, lo cual es congruente con el impacto notable encontrado en anemia y estado férrico. Sin embargo, la principal debilidad de la evaluación fue que las encuestas nacionales fueron hechas muchos años antes al igual que muchos años después del establecimiento del programa. En los 13 años que separan las dos encuestas, muchos otros factores pudieron haber contribuido a la disminución de la anemia, a pesar que análisis exhaustivo de la evolución de la anemia en diversas regiones del mundo muestran que en la ausencia de programas específicos que combatan la anemia, esta cambia muy poco a través de las décadas (Stevens et al, 2013). Conclusiones El caso de Costa Rica muestra que si es posible usar datos de encuestas nacionales para evaluar los programas de fortificación. También ilustra que además de estimar cambios en indicadores como la anemia, es recomendable también el análisis de información complementaria como el consumo de alimentos fortificados y su aporte en relación a los requerimientos. Sin embargo el caso de Costa Rica también nos enseña que la credibilidad de la evaluación se verá afectada si las encuestas se hacen mucho antes o después del establecimiento del programa. Referencias: 1.Martorell R, Ascencio M, Tacsan L, Alfaro T, Young MF, Addo OY, Dary O, Flores-Ayala R. Effectiveness evaluation of the food fortification program of Costa Rica: impact on anema prevalence and hemoglobin concentrations in women and children. Am J Clin Nutr 2015;101(1):210-7. 2. Stevens GA, Finucane MM, De-Regil LM, Paciorek CJ, Flaxman SR, Branca F, Pablo Peña-Rosas, Bhutta ZA, Ezzati M, on behalf of Nutrition Impact Model Study Group (Anemia). Global, regional, and national trends in haemoglobin concentration and prevalence of total and severe anaemia in children and pregnant and non-pregnant women for 1995-2011: a systematic analysis of population-representative data. Lancet Global Health 1:e16- 25, 2013, July.