1 Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE), Santo Domingo. República Dominicana. 2 Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, España
Introducción: Con la consagración del derecho a la alimentación de la Declaración de los Derechos Humanos en 1948, la cuestión del acceso a la alimentación se convertiría en una problemática mundial. En América Latina y El Caribe la situación crónica del hambre representa uno de los síntomas más claros de exclusión social, con marcadas diferencias entre países de la región. Sin embargo el hambre no es una consecuencia de falta de comida, sino de desigualdad. Y, no sólo debe enfrentar el hambre sino también el sobrepeso y la obesidad, por ello los programas de alimentación escolar representan un modo de intervención relevante, tendientes a la disminución de las desigualdades y a la seguridad alimentaria. Con el objetivo de analizar la situación de la alimentación escolar en América Latina en general y en Argentina en particular se realizó un análisis de programas y perfil nutricional en países de la región y su evolución temporal. Desarrollo: A partir de las primeras décadas del siglo XX los programas de alimentación en la región se desarrollaron en escenarios de vulnerabilidad diversa y fluctuante inestabilidad, tanto en aspectos económicos como políticos y nutricionales. En estos escenarios, actualmente se enfrentan a nuevos desafíos de orden económico, social y político para la sostenibilidad técnica y financiera que permita garantizar derecho a educación, salud y alimentación. La historia reciente de la alimentación escolar en Argentina: Más de 4,5 millones de niños en Argentina comen en la escuela, donde los comedores son un factor de retención y agentes fundamentales en la educación alimentaria y cerca del 40% de los niños en edad escolar sufre de sobrepeso. La alimentación escolar se inicia en las primeras décadas del siglo XX (Britos et al 2003), pero es recién a partir de la crisis económica del año 2001/2002 que, con la promulgación de la ley 25724, por primera vez la problemática alimentaria es concebida como una política de estado, definida y entendida en el marco de la Soberanía alimentaria, creándose bajo su órbita el Programa de nutrición y alimentación nacional. Coexisten actualmente diversos sistemas de gestión de comedores escolares, tanto en lo que se refiere al ámbito de aplicación, compra y distribución de alimentos, definición de los menús, preparación y servicio de comidas. Si bien la educación alimentaria es considerada un pilar fundamental, no se registran políticas masivas de educación alimentaria sino más bien acciones aisladas (Díaz Langou et al 2014). Ante esta complejidad y con el objetivo general de contribuir a la transformación de la política alimentaria con una perspectiva de integración social, institucional y territorial, entre 2006 y 2012 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, a través del proyecto ARG/06/001/G de apoyo a la gestión de la política alimentaria destinó más de doscientos cincuenta millones de dólares ejecutado por la Subsecretaria de Políticas Alimentarias del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, poniendo especial énfasis en la capacitación y fortalecimiento de las organizaciones comunitarias. La evaluación nutricional de los beneficiarios de la alimentación escolar, sin embargo, no se implementó como política de estado. Se realizaron sólo estudios aislados que no incluyeron la totalidad del territorio. La primera Encuesta nacional de nutrición data del año 2005 y, actualmente, a partir de 2008 El programa de Sanidad Escolar (ProSanE) dependiente del Ministerio de Salud de la Nación evalúa el estado nutricional de niños y niñas en edad escolar de primero y sexto grado de escuelas públicas y privadas de todo el territorio nacional. Conclusiones: Ante un escenario de globalización, transición alimentaria y nutricional, diversidad geográfica y cultural, ejes atravesados por períodos de crisis económicas y políticas de diferente magnitud y duración, los países de América Latina se enfrentan a nuevos desafíos. En este contexto, sumado a la disminución de la desnutrición, el reto actual está orientado a la prevención activa de la obesidad. Para ello se requerirá del compromiso político y la participación comunitaria centrando la atención en la escuela como ámbito de formación de hábitos, la integración de equipos multidisciplinarios que adecúen en los niveles locales las necesidades nutricionales de la población escolar, atendiendo a la diversidad cultural y particularidades de las poblaciones. La implementación de programas de vigilancia epidemiológica nutricional, que permita rectificar o proponer nuevas políticas de acción y la promoción de la salud deberán jugar un papel preponderante, dotando de herramientas sencillas de control del estado nutricional que permita el empoderamiento de la comunidad y su participación en la elaboración y seguimiento de planes de alimentación. Referencias: Britos S, O’Donnell A, Ugalde V, Clacheo R. (2003) Programas alimentarios en Argentina. CESNI Centro de estudios sobre nutrición infantil. Díaz Langou G, Bezem P, Aulicino C, Cano E, Sánchez B. (2014) Los modelos de gestión de los servicios de comedores escolares en Argentina. CIPPEC Programa de protección social y Programa de Educación, Area de Desarrollo Social.