Institute for Global Food Security, Quebec, Canadá
Introducción/Objetivo: Durante las últimas dos décadas la región de las Américas, en su conjunto, ha experimentado importantes avances en la lucha contra la inseguridad alimentaria. Las prevalencias de subalimentación reportadas por FAO en 2015 confirman que varios países latinoamericanos y caribeños han alcanzado los objetivos de la cumbre mundial de 1996 y el objetivo del milenio referente al hambre. Sin embargo, los logros se presentan de manera dispar y mientras algunos países han avanzado otros se han visto estancados, o peor aún presentan retrocesos preocupantes. Ciertamente el indicador de subalimentación refleja solo una de las muchas facetas de la inseguridad alimentaria y la evaluación y monitoreo integrales siguen siendo un reto importante. El objetivo de este trabajo es presentar prevalencias de inseguridad alimentaria para las Américas utilizando datos generados a partir de una escala de experiencias en inseguridad alimentaria (Food Insecurity Experience Scale-FIES) identificando los países y las poblaciones más afectadas. Desarrollo: Las tasas generadas por la nueva escala de experiencias en inseguridad alimentaria reflejan las vivencias a nivel individual frente a condiciones de diversa severidad que permiten diferenciar entre diferentes niveles de inseguridad alimentaria. En ese sentido, el indicador del proyecto de FAO ‘Voces de los Hambrientos’, sustentado en gran medida por la experiencia acumulada en la región durante casi 20 años de investigación y aplicación de escalas a nivel del hogar viene a complementar las estimaciones hasta ahora generadas con otros indicadores y confirma que el hambre y la inseguridad alimentaria continúan siendo un problema a priorizar en las agendas políticas y programáticas de gobiernos y agencias. En general, son las mujeres con menores niveles de escolaridad y habitantes del área rural las que presentan las tasas más altas de inseguridad alimentaria severa, caracterizada por la experiencia del hambre no satisfecha y por situaciones de no poder comer por todo un día por la falta de acceso a los alimentos. Mientras tanto, los habitantes de las áreas urbanas, con mejor educación escolar y del sexo masculino son los grupos menos afectados, aunque en algunos países la magnitud de la inseguridad alimentaria es tal que los hombres de la ciudad no están eximidos de experimentar este fenómeno. La posibilidad de identificar a los grupos y localidades más vulnerables al hambre es piedra angular para el combate efectivo de la misma. Los nuevos datos mantienen al descubierto asimismo las desigualdades que caracterizan al continente americano e su conjunto. Conclusiones: Continuar la investigación para mejorar la medición y su comparabilidad entre países se presenta como tarea continua donde ya se ha avanzado en el uso de indicadores de este tipo e impostergable en los países donde aún se desconocen. Para todos los países y para los organismos regionales, sin excepción, es esencial incorporar esta nueva aproximación al problema del hambre en virtud de apuntalar los logros ya alcanzados y enfocar de manera más efectiva los recursos invertidos en la lucha contra la inseguridad alimentaria. Referencias:1. Organización para la Alimentación y la Agricultura - FAO. El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo.2015. 2. Dallmann D, Melgar Quiñonez H, Ballard T. Suburban and Rural Women: Internationally the most vulnerable to Food Insecurity. FASEB J 2015; 29:902.14