Fundación para la Investigación y Docencia de las Enfermedades Cardiovasculares, FIDEC, Bilbao, España
Introducción: La infancia es un periodo crítico para un adecuado crecimiento y desarrollo, sobre el que influyen factores condicionantes de gran trascendencia por su impacto potencial para la salud y calidad de vida. La alimentación es un factor exógeno muy importante. La ingesta de líquidos además del agua aportada por los alimentos, debe permitir una hidratación adecuada en el contexto de una dieta equilibrada, variada, adecuada a las necesidades, asequible y confortable. En esta presentación se analizarán los factores que condicionan el balance hídrico y los requerimientos de agua en la etapa evolutiva, así como las recomendaciones para conseguir una hidratación adecuada en el contexto de una dieta saludable en este periodo. Desarrollo: El agua corporal desarrolla funciones muy importantes en el transporte de nutrientes, en la regulación de la temperatura corporal, colaborando en los procesos de digestión y absorción, además de ser medio de disolución de todos los líquidos corporales. Contribuye a la homeostasis de electrolitos, eliminación de sustancias de desecho y desarrolla una función estructural implícita, puesto que entre el 50 y 80% de la composición corporal es agua, variando en función de la edad y sexo. En comparación con el adulto, el niño pequeño tiene mayor superficie corporal en relación al peso, mayor tasa de recambio de agua, capacidad limitada para la excreción de solutos y para la expresión de la sensación de sed. En el recién nacido la cantidad de agua extracelular es mayor que en cualquier otra etapa de la vida. El balance hídrico se establece a partir de la ingesta de agua (incluyendo la generada durante la oxidación de nutrientes) y las pérdidas totales de agua, incluidas pérdidas insensibles (alveolo pulmonar y piel), excreción por heces y excreción renal de solutos y el agua necesaria para la formación de nuevos tejidos. Diferentes situaciones como hiperventilación, fiebre, sudoración, diarrea, vómitos, fístulas o quemaduras provocan aumento en las pérdidas de agua corporal, así como situaciones de actividad física intensa y golpes de calor. Por la importancia cuantitativa del agua en el organismo infantil, gran volumen intercambiable y factores endógenos y exógenos condicionantes del balance hídrico, la deshidratación en estas edades tempranas pone en riesgo la salud con más frecuencia y mayor rapidez que en adultos. Según las recomendaciones del Institute of Medicine (IOM) de EE.UU., en los primeros 6 meses de vida la ingesta adecuada de agua es 0,7 l/día (procedente de lactancia materna); 6-12 meses: 0,8 l/día (procedente de lactancia materna, alimentación complementaria y bebidas); y 1 a 18 años: 1,3 y 2,3 l/día de agua total. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) definía el consumo adecuado de agua total a partir de alimentos y bebidas en 2010, entre 100-190 ml/kg/día a los 0 y 6 meses de edad; 800-1.000 ml/día entre 6 y 12 meses; 1.100-1.200 ml/ día entre 1 y 2 años de edad, 1.300 ml/día entre los 2 y 3 años; 1.600 ml/día entre 4 y 8 años y de 9 a 13 años 2.100 ml/día para niños y 1.900 ml/día para niñas. Conclusiones: Las necesidades hídricas deben satisfacerse a partir del agua y otros líquidos de bebida, además del aporte hídrico contenido en los alimentos, en el contexto de una dieta variada, equilibrada y saludable; cuidando un aporte calórico que permita mantener un balance energético adecuado para mantener el peso corporal en niveles adecuados. Hasta los 6 meses de edad, la lactancia materna debe ser la principal fuente de agua. Para los niños que realizan una actividad física regular, el consumo de agua es suficiente para reponer las pérdidas hídricas producidas por el sudor. Referencias: EFSA Panel on Dietetic Products, Nutrition and Allergies (NDA); Scientific Opinion on Dietary reference values for water. EFSA Journal 2010; 8:1.459-507. doi:10.2903/j.efsa 2010.1.459. Disponible online: www.efsa.europa.eu. Institute of Medicine (U.S.). Panel on Dietary Reference Intakes for Electrolytes and Water: DRI, Dietary Reference Intakes for Water, Potassium, Sodium, Chloride, and Sulfate. Washington, DC: National Academies Press, 2004; 617-33. Koletzko B, Baker S, Cleghorn G, Neto UF, Gopalan S, et al. Global standard for the composition of infant formula: recommendations of an ESPGHAN coordinated international expert group. J Pediatr Gastroenterol Nutr 2005; 41:584-99. Martínez Suárez V. Criterios de hidratación desde la asistencia infantil integral. En: Aranceta J (coord.). Documento de consenso SENC-AECD-SEGOSEMER- SEMERGEN-SEN-SEPAP.Pautas de hidratación en la asistencia sanitaria integral. Madrid: IM&C, 2014.