Universidad CEU San Pablo (Madrid)/Fundación Española de La Nutrición (FEN)
Introducción/Objetivos: Las proyecciones de población de Naciones Unidas para 2050 (United Nations: World Population Prospects: The 2004 Revisión) calculan que España será el tercer país más viejo del mundo, con un 34,1% de población mayor en 2050. Además de este aumento de personas mayores, se está produciendo un evidente envejecimiento de las personas mayores de más edad. Los ancianos son el grupo de población más vulnerable para tener problemas de deshidratación, tal como se pone de manifiesto en la ponencia, y cómo se puede alterar en consecuencia el propio estado nutricional y calidad de vida del mayor. Desarrollo: Con la edad se producen también cambios en la función renal, y todas estas alteraciones están muy relacionadas con los problemas de deshidratación y de termorregulación en las personas de edad. Estos cambios en la capacidad homeostática se modifican, también, por la presencia de algunas enfermedades como hipertensión arterial, enfermedades cardio y cerebro-vasculares o por el consumo de fármacos, hechos muy frecuentes en las personas de edad. Si una persona mayor normalmente alerta, sufre o tiene episodios de confusión hay que comprobar la ingesta de líquidos. Además, la falta de líquido puede ser el principal contribuyente del estreñimiento, muy común entre las personas mayores y cuyo tratamiento, además de incrementar la ingesta de fibra dietética, incluye un mayor consumo de líquidos que estimulan físicamente el peristaltismo. En las personas mayores, es difícil establecer unos requerimientos generales de agua, que serían la cantidad necesaria para equilibrar las pérdidas (muy variables) y mantener una carga tolerable de solutos por los riñones (que depende de los componentes de la dieta, entre otros factores).Para muchas personas ese objetivo es a veces difícil de conseguir por su avanzada edad, por su incapacidad física que dificulta el acceso al agua, por enfermedades crónicas, demencia o por la menor sensación de sed. Otros evitan consumir líquidos por miedo a la incontinencia o para evitar las urgencias de tener que ir al baño cuando están fuera de casa. Hay que avisar a la gente mayor de la necesidad de ingerir bebidas a intervalos regulares de tiempo, incluso aunque no tengan sed. La deshidratación en personas mayores se define como la pérdida del 1% o más del peso corporal debido a la pérdida de líquido, aunque puede que pérdidas del 1-2% no determinen un estado patológico. No sólo la cantidad de líquido es importante. También es preciso un buen balance de electrolitos para el funcionamiento normal del organismo. Debemos ser conscientes de que con la edad ciertas enfermedades van apareciendo y se van incrementando de forma progresiva, tales como la hipertensión arterial, diabetes, alzhéimer, depresión, enfermedades neoplásicas, etc, lo que hace que nuestros mayores tengan que estar en tratamiento con medicamentos que pueden producir deshidratación, o medicamentos que alteran la sensación de sed. Las necesidades hídricas de las personas mayores requieren además una consideración especial ya que la baja ingesta de alimentos y bebidas debido a los factores enumerados en el apartado anterior incrementa el riesgo de este sector de población de experimentar efectos fisiológicos derivados de la privación de los líquidos. Teniendo en cuenta lo anterior, la elevada frecuencia con la que se observa un aporte insuficiente de agua, y el desconocimiento de la población respecto al consumo aconsejado, se pone de relieve la necesidad de establecer recomendaciones consensuadas respecto a la ingesta diaria de líquido que resulta conveniente tomar. En las personas mayores, en definitiva, el agua, la hidratación, se convierte en una verdadera necesidad a la que hay que prestar especial atención y, en muchos casos, como afirma Steen, es incluso necesario prescribir su consumo como si de un medicamento se tratase, es decir, recetar: “beber más de 8 vasos de agua al día”. Referencias: EFSA (2010) Panel on Dietetic Products, Nutrition, and Allergies (NDA); Scientific Opinion on Dietary reference values for water. EFSA Journal 2010;8(3). Ferry M. Strategies for ensuring good hydration in the elderly. Nutrition Reviews 2005; 63(6): S22-S29. Pérez Rodrigo C, Moya M, Torres L, Varela-Moreiras G, López Rocha A, Serra Majem L, Aranceta J. Agua, hidratación y salud: “La Declaración de Zaragoza”.2008. http://www.nutricioncomunitaria.org/BDProtegidos/Declaracion_de_Zaragoza_Hidratacion_saludable_I_1216324770658.pdf. Serra- Majem L, Gil A. Conclusions of the International and III National Hydration Congress Madrid, Spain 3rd and 4th December, 2013. Rev Esp Nutr Comunitaria 2014;20:2-12. Varela-Moreiras G, Alonso-Aperte E (2009), editores. Retos de la nutrición en el siglo XXI ante el envejecimiento poblacional. Universidad CEU San Pablo/Instituto Tomás Pascual Sanz.